domingo, 13 de marzo de 2011

Mi casa está de puta madre

Mi casa está de puta madre tío. Es una casa con categoría. Mi habitación es la caña macho, esta decorada con tonos violetas claros que contrastan con los muebles y la cama de matrimonio negra, cuando entras te dan ganas de enseñar la habitación todas las noches a alguna princesa, o por lo menos a mí me pasa. La cocina es bastante amplia y sus muebles son idénticos a los de mi casa de Albacete. Te parecerá una tontería pero me gusta verlos y pensar que estoy allí con mi familia. Mi madre preparando la comida mientras mi hermano Miguel y yo jugamos nuestro mítico partido de FIFA, mi padre a punto de llegar de trabajar, y mi abuelo subiendo el pan del día. Joder como les echo de menos.
Las paredes del salón están pintadas con colores rojos y blancos, que combina de lujo con los muebles minimalistas de color caoba oscuro. Los sofás son rojos y me meto unas siestas que no hay santo que me levante. Santo no, pero ella sí. Mi novia se llama María y es la chica más bonita del mundo. Por lo menos así la veo yo. No es la novia perfecta: no le gusta nada el fútbol, no tiene unas medidas perfectas,… Además, su personalidad choca bastante con la mía y reñimos demasiado. Pero cuando me tumbo en la cama con ella y apoya su cabeza en mi pecho la realidad es distinta, todo deja de tener la importancia que se merece, entonces me sonríe y su rostro se transforma en una obra de arte con la que voy a estar soñando el resto de mi vida. Y es que te aseguro, Juan, que si todas las personas se sintieran así media hora al día, ahora viviríamos mucho mejor.
Las habitaciones de mis compañeros están bien y eso, pero sinceramente, la mejor es la mía. Ellos no se quejan, no arman ruido y mantenemos un poco el orden. Porque son ellos. Imagínate que en vez de estos dos fueran el Pachin  y Miguel Ángel, no podríamos vivir en esta casa. El Pachin, fiel a su estilo, estaría todo el día tumbado en el sofá y se levantaría para comer y cag... Miguel tendría su habitación patas arriba y, poco a poco, la “patasarribitis” se propagaría por toda la casa. Además seguro que en la universidad nos iría como el culo y suspenderíamos todo. Y yo no he venido a Elche para hacer eso, sé que ellos van a estar ahí siempre que gire la cabeza así que aquí me voy a centrar en sólo una cosa: llegar a ser un buen periodista. Hasta ahora no me ha ido mal. Bueno pues más o menos esta es mi casa ( o mi vida), ¿ a qué está de puta madre tío?

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